¡Hola!

Nací en Valencia en 1985 y hasta hace unos pocos años no me gustaba la paella. Ahora me encanta y trato de aprender a cocinarla para comerla todos los domingos antes de ir a Mestalla.

Me encanta el deporte y lo practico a diario. Jugué al fútbol durante muchos años hasta que una lesión de rodilla me obligó a dejarlo apartado (y entonces la vida me sorprendió con un proyecto con el fútbol como protagonista) y buscar otras alternativas para seguir haciendo una de las cosas que más me gustan.

Estudié dos grados superiores de formación profesional de fotografía, cine, teatro y TV. Y aunque en el bachiller artístico fue donde tuve mis primeros contactos con Photoshop, fue en los grados donde me empecé a sumergir en un entorno más digital.

Amante de los animales y de la naturaleza. Rodeado de ella es donde mejor me siento y donde trato de pasar el mayor tiempo posible. Fruto de eso soy un peregrino empedernido, ya que siempre que puedo cojo mi mochila y me voy a recorrer mi querido Camino de Santiago. De hecho, me gusta tanto que me planteé seriamente la idea de montar un albergue de peregrinos en un pueblito del Bierzo.

En la etapa en la que viví en Barcelona, alternaba mis estudios de Diseño y Dirección de Proyectos para Internet con un trabajo en Vojo (camino en esperanto), una app diseñada para dinamizar el comercio a lo largo del Camino, y por si fuera poco hice de vlogger durante una de mis rutas. No, no voy a poner el enlace, jeje.

Creativo y autodidacta por naturaleza. Crear y pensar hace que me sienta bien. Por eso creo que soy diseñador a tiempo completo, en mi trabajo y cuando no estoy en él. Me encanta seguir aprendiendo y participar en proyectos que me hagan evolucionar y aplicar todos mis conocimientos.

Durante la segunda mitad del 2020 y la primera del 2021 tuve la gran suerte de entrar a formar parte de la estructura de un equipo de fútbol de Andorra. En el Atlètic Club Escaldes fui el encargado de llevar toda la parte de desarrollo de marca y digitalización. También tuve la gran felicidad de poder volver a ponerme los guantes y volver a practicar el deporte que tanto me gusta. Y aunque mil maltrecha rodilla no me permitió disfrutar del modo que me hubiera gustado, fue una experiencia muy enriquecedora en la que hice grandes amigos con los que ahora comparto proyectos tan emocionantes como Valyron.

El siguiente proyecto vital que tengo en mente es comprarme una furgoneta y viajar por todo el mundo mientras sigo trabajando. Si me contratas me ayudarás a estar más cerca de ese objetivo, jeje.