Sé lo difícil que es desarrollar una idea, y más todavía sacarla adelante. Me gusta apostar por proyectos con alma y por personas que trabajan duro cada día.
Creé el estudio con la intención de que no solo fuese un trabajo, si no que fuese un modo de vida que me ayudase a sumar experiencias positivas, afrontar retos motivadores y conocer a personas auténticas por el camino. Afortunadamente puedo decir que lo estoy consiguiendo.
Nuestro nombre lo dice todo. Ponerle el nombre de Lana al estudio es una un homenaje a todos los animales. Me gustaría que esta fuese una vía para crear y colaborar con proyectos que tengan un impacto positivo sobre el mundo animal y en extensión sobre el medio ambiente.
No le gusta nada la ciudad, vamos, que es más de campo que las gallinas.
Su principal tarea es tumbarse en su colchón y dormir, aunque cada 15 o 20 minutos se despierta para venir a saludarme y recordarme que soy suyo y que por lo tanto tengo que alimentarla.
Un par de veces al día tengo que cogerla y trabajar mientras ella duerme en mis piernas, con la dificultad que eso conlleva tanto para ella como para mí.